Agustín Sanoguera, SANOGUERA FOTOGRAFÍA
“Cuando usábamos cámaras de carrete podías sacar una media de 300 fotos, ahora alrededor de 2.000”
¿Cómo fueron tus inicios en el mundo de la fotografía?
Agustín Sanoguera: Estudié fotografía en Barcelona porque me gustaba mucho el sector audiovisual. Una vez terminados los estudios, empecé a trabajar en una tienda de fotografía muy importante de la ciudad que hoy en día ya no existe. Después de 5 años dejé ese trabajo y fue entonces cuando vine a Galicia y abrí la tienda en Melide.
¿Recuerdas tu primera sesión de fotos?
A.S.: Con muchos nervios y miedo. Como en todas las profesiones, cuando sales del centro educativo crees que sabrás hacer el trabajo, pero luego cuando te enfrentas a la realidad, no tienes ni idea de nada.
Una cosa es la teoría y otra hablar con un cliente real. Aun así, hay que echarle valor y tirar hacia adelante. Al principio tienes que ser consciente de tus limitaciones y cobrar en función de lo que sabes hacer. Por ejemplo, cuando empecé en Melide puse precios por debajo del mercado para que la gente me conociera e ir ganando clientela.
¿Qué servicios ofreces en Sanoguera Fotografía?
A.S.: Antiguamente, cuando tenía la tienda en Melide, el 90 % de mi trabajo eran eventos: bodas, bautizos y comuniones, y el 10 % empresa. Sin embargo, actualmente tengo dividido el trabajo al 50 %. Esto viene por el auge del kit digital con el que gestiono alrededor de 100 páginas web de distintos negocios.
En el ámbito de creación y diseño web mi formación fue totalmente autodidacta. Siempre lo tomé como un entretenimiento hasta que llegó el momento en el que, ante el cambio de rumbo del mercado y la necesidad de conciliar la vida familiar con la profesional, decidí tomármelo en serio.
Ser fotógrafo es una profesión difícil de conciliar, ya que los días de más trabajo son viernes, sábados y domingos, justo cuando los niños no tienen clase. Había fines de semana que me era imposible ver a mi hijo porque tenía todos los días sesiones. Este fue uno de los factores que más influyó en mi decisión de girar el negocio hacia el mundo de las páginas web, ya que estas puedes hacerlas desde casa cualquier día de la semana, lo que te da más libertad para pasar tiempo con la familia.
Otro punto de inflexión en este ámbito fue la pandemia de la COVID-19, cuando se suspendieron todos los eventos y los fotógrafos nos quedamos sin una parte muy importante de nuestros ingresos.
En mi caso hago páginas web desde las más simples hasta complejas, para todo tipo de negocios. Aquí en Melide, por ejemplo, tengo webs de albergues con reservas en línea. Esta parte ya no es el futuro, es el presente.
¿Cómo evoluciona vuestra profesión con la llegada de la inteligencia artificial?
A.S.: Por una parte, hace que todo sea más fácil porque, dicho de forma simple, cualquier persona puede coger una cámara y hacer fotos. Es más, hoy en día con un buen móvil puedes hacer una buena foto.
No obstante, se pierde mucha de la magia de la fotografía. Solo el hecho de disparar y ver cómo queda en tiempo real le ha restado mucha magia. Lo que pasa es que algo que no se enseña es que un fotógrafo debe saber tratar con la clientela. Si eres un gran profesional técnicamente pero no sabes ofrecer un buen trato, de poco te servirá.
Volviendo a tu pregunta, en cuanto a nuevas tecnologías, está cambiando la exigencia de la gente. Cada vez se exige más porque todos podemos hacer fotos con el teléfono. Pero no es lo mismo hacer una o dos fotos buenas de forma aislada que hacer un reportaje, porque ahí está lo complicado: contar la historia y su contexto con imágenes.
En cuanto a la Inteligencia Artificial, el futuro es un poco incierto, pero sospecho que llegaremos a poder hacer grandes retoques como ponerle una sonrisa a alguien que está serio. En esta línea, creo que hoy en día ya somos más retocadores que fotógrafos; pasas más tiempo editando en el ordenador que sacando fotos.
Luego, otro de los problemas actuales es el gran volumen de fotos que hacemos en un evento. Por ejemplo, cuando usábamos cámaras de carrete podíamos sacar una media de 300 fotos y ahora con la digital unas 1.500 – 2.000.
Actualmente también llegó al negocio el tema de las preboda y postboda
A.S.: Sí, ahora la mayoría de las parejas contratan las 3 sesiones. La postboda la recomiendo siempre por dos razones: por las fotos en la playa, que ya tienen que ser un día diferente al de la boda, y porque ese día, entre hacer fotos con la familia y del propio evento, el tiempo se hace muy justo para sacar buenas imágenes de la pareja. Así quedamos otro día más tranquilos y sacamos unas fotos bonitas en el lugar que ellos elijan.
Muchas veces ya incluyo las fotos después de la boda en el paquete completo porque a mí me interesa poder hacerles fotos bonitas con calma.
Otra cosa que está teniendo mucho éxito es el uso del dron, que queda espectacular y es un recurso relativamente económico.